Con motivo de la venta de la autopista y el túnel de peaje, Diadro fue contratada como asesor de uno de los potenciales inversores. Ambas concesiones forman parte de un sistema de peaje Free Flow operado en Santiago.

Se utilizó un modelo de redes en el que se incluían gran parte de la red viaria de la ciudad.

Una de las principales dificultades del proyecto consistía en modelizar adecuadamente las tarifas futuras: el sistema contempla unas tarifas kilométricas que fueron aprobadas en el contrato de concesión; estas tarifas se actualizan anualmente en función del IPC y de la velocidad de operación de cada tramo del sistema cada media hora (día laborable, sábado y domingo).

Para evaluar adecuadamente los mecanismos de activación de tarifas, se llevó a cabo un pormenorizado análisis de los datos históricos disponibles, tanto de tráficos como de velocidades como de las correspondientes activaciones observadas, ajustándose las correspondientes funciones de flujo demora para cada pórtico de peaje.

El modelo de EMME contemplaba la modelización de una hora media de cada período; adicionalmente, se desarrolló un modelo en hoja de cálculo que para obtener los resultados anuales, tanto de tráficos como de ingresos.